19 mayo, 2011

Life is too short so take the time and appreciate

Todos tenemos una manera de escapar de la rutina y el dolor... Unos bailan, otros cantan, lloran, hacen deporte, pintan... Por mi parte, escribo, mi cerebro y mis sentimientos siempre se han conectado mejor con mis manos, escribiendo puedo crear mundos y expresar emociones como en ningún otro momento de mi vida...

Puedo crear una burbuja gris, con sentimientos de culpa y dolor, describir ese momento donde me siento tan sola que ni mi sombra es confiable, donde el amor se ha ido dejando solo frío y un escandaloso silencio, donde cada lágrima derramada se convierte en odio y resentimiento, crear un lugar tan vacio que te arden de los ojos de solo estar allí, donde la luz del sol no podrá volver a tocar tu piel y pierdes tus sentidos hasta caer en un estado depresivo que te lleva a la locura, un lugar donde caminas y te quema la soledad...

Curiosamente puedo describirlos de muchas más maneras, cuando el dolor se apodera de mi las palabras torturan mi mente y piden a gritos salir por mis dedos, puedo llorar mientras las escribo, a veces se siente tan mal que no puedo sentir nada más...

Es todo lo contrario cuando estoy feliz, no encuentro palabras adecuadas para describir ese cosquilleo en mi estomago y esa sonrisa estúpida en mi rostro, esos momentos en que no puedo respirar de tanto reírme, momentos que duran tan poco pero son tan valiosos... Quizá es porque, vivimos aprendiendo, día a día debemos cometer errores, debemos llorar y sufrir, para aprender que ese pequeño fragmento que muy pocas veces se presenta es lo que realmente vale, que no solo estamos aquí para contemplar las sombras, debemos aprender a levantar la mirada y ver que muy por encima de las sombras esta el radiante sol... Ese pequeño fragmento que tanto nos cuesta ver y que no es tan necesario buscarlo, porque siempre esta allí, esperando ser descubierto... Ese pequeño pero muy importante fragmento de nuestra vida llamado Felicidad... Me ha tomado un tiempo comprenderlo y quizá lo aprendí por las malas, pero nunca es tarde para sonreírle a la vida... Alguna vez leí que la felicidad es la ausencia del miedo. Y hoy descubrí que yo... Ya no tengo miedo.


Serena♥

1 comentario:

(Solían llamarme) Lilith dijo...

Me encanta esta entradaaa!! :)
muxoss besos y cuidatee!