10 mayo, 2013

El lado frío de mi cama... Aún te pertenece.

Ya no hay nada que podamos decir, ya no hay manera de destruirnos más con palabras. Vi tus ojos pasar por cada estación y quedarse a gusto en el frío invierno... El problema es, que yo siempre amé el frío.

Me siento absurda cuando llega la noche, los recuerdos inundan mi habitación, nublan mi vista, se meten por debajo de mi piel y entre mis sabanas, me susurran al oído; me hacen extrañar cada una de tus maneras de enviarme a la luna y traerme de vuelta con solo pestañear. 

Serena


Nunca sabrás como es todo por aquí sin tus manos, sin tu risa, sin tu voz.
Te extraño.

05 mayo, 2013

Calendario

En las noches de lluvia suelo extrañarte, Agosto. Sé que no hay manera de volver a ese Viernes, no debo anhelarlo, no debo imaginarlo, no debo revivir esos recuerdos....

Y luego estas tú, Octubre, me he estado enamorando de tus colores, de tus maneras, de tus olores, de tus hojas, de la noche que me dijiste "te quiero"... De como nunca daremos el paso a algo más.


Serena

01 mayo, 2013

Hace frío

Yo no me hubiese cansado nunca de contar tus lunares. 
Yo no me hubiese cansado nunca de buscar nuevas razones en tus labios.
Yo no me hubiese cansado nunca de sentir tus manos frías sobre mi.
Yo no me hubiese cansado nunca de mirar tus ojos y descubrir nuevos laberintos.
Yo no me hubiese cansado nunca de despertarme a las 6AM sólo para ir a verte.
Yo no me hubiese cansado nunca de oír tu voz a través del teléfono en las noches de insomnio.
Yo no me hubiese cansado nunca de escuchar tu risa.
Yo no me hubiese cansado nunca de que me desordenaras el desorden.
Yo no me hubiese cansado nunca de pasar mis dedos a través de tu cabello.
Yo no me hubiese cansado nunca de escribirte cada noche una nueva canción.
Yo no me hubiese cansado nunca de recorrer con mis dedos cada espacio de tu piel.
Yo no me hubiese cansado nunca de escucharte hablar sobre ideas y planes descabellados sobre el futuro.
Yo no me hubiese cansado nunca de hacerte reír.
Yo no me hubiese cansado nunca de que me hicieras sonreír con cada ocurrencia tuya.
Yo no me hubiese cansado nunca de nuestros abrazos.
Yo no me hubiese cansado nunca de nuestras conversaciones sin sentido.
Yo no me hubiese cansado nunca de tus manías, de tu mal humor, de tu sonrisa, de tus momentos, de tu cara, de tu voz, de tu sabor, de tu olor, de tu manera de caminar, de tu piel... De ti.

Puedo escuchar como se me rompen tus recuerdos, hace frío, es Mayo, y no estás aquí.

Serena