20 mayo, 2012

Ahora sé, que tus planes no me incluyen.

A veces, cuando alguien entra en tu vida, así, de repente, sin avisar (a veces ni siquiera le prestas mucha atención), parece que se va de la misma manera. Y cuando hablo de irse, no necesariamente tiene que ver con distancias, no, porque él esta ahí, siempre ahí, tan cerca que puedo sentir su respiración. Pero en realidad no esta conmigo.

Sigo siendo la chica que mira la luna en soledad, debí haber sabido que algo así iba a pasar, tanto tiempo para olvidar el pasado, esperando que mis heridas fueran ya cicatrices... Pensé que ya había sangrado lo suficiente, que ya no me quedaban lágrimas, que ya podía volver a sonreír con sinceridad. Su sonrisa parecía haber devuelto los latidos fuertes a mi corazón, sus abrazos parecían haber devuelto la vida a mis sentimientos, de nuevo escribía poesía, componía canciones alegres, sonreía a solas... Estúpida, eso es lo que pasa por mi mente ahora, porque él nunca dio motivos fuertes para ocasionar esto, fue una simple muestra de afecto, sólo eso basto para que yo me volviera la misma niña tonta que fui hace un par de años, me deje envolver por ilusiones tontas. Y él no tiene idea, sigue sonriéndome con tanta sinceridad, sin saber lo débil que me siento por dentro. Él parecía ser la pieza que encajaba perfecto; su amor por la música, su sentido del humor, disfruta de escribir poesías y canciones, su rareza y singularidad... Parecía que todo se vinculaba a mi. Pero no fue así, estaba equivocada, porque yo no soy ella y nunca lo seré.


Ve a cantarle al oído, escríbele algún poema sobre su gran sonrisa, escúchala cantar y aplaude, envíale lindos mensajes y piérdete en sus ojos... 


Serena

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